Estimado(a) colega :
El n°17 de los Cahiers de psychologie politique est disponible en la direccion électronica siguiente
http://lodel.irevues.inist.fr/cahierspsychologiepolitique/index.php?id=1667
Bien cordialemente,
Por el comite de rédaccion de los CPP
Cahiers de psychologie politique n°17
Sommaire du numéro 17 2010
Editorial
Alexandre Dorna
Y-a-t-il encore une place pour la littérature dans les sciences humaines et sociales ?
Articles
Jacques Le Bourgeois
La propagande du régime militaire chilien de 1973 à 1989
Didier Courbet
Médias, propagandes et démocraties : les apports de Jean-Léon Beauvois aux sciences sociales et aux sciences de la communication
Arnaud Coutant
Tocqueville, un penseur républicain
Bernard Gangloff
Utilité et désirabilité d'informations normatives sur des subordonnés et des collègues de travail
Michèle Ansart-Dourlen
Réflexions : révolte et morale (Koestler et Camus)
Alain Policar
Néoténie, croyance et naturalisme
Adela Garzón Pérez et Ronald C. Dillehay
Political psychology in spain
Ecrits venus d’ailleurs
Daniel Eskibel
Los modelos de decisión de voto
Martín G. Aguilar-Sánchez
Formes de l’autoritarisme au Mexique : les cas des États de Veracruz et Tabasco.
Gustavo Jimenez-Lagos
Whispering Sadness
The case of the Patagonian Indian Human Zoo
In Paris and Berlin in 1881
Dossier : litterature et politique
Emilia Ndiaye
Dossier littérature et politique : présentation
Jean-Gérard Lapacherie
Littérature n’est plus politique
Géraldi Leroy
Simone Weil face aux États totalitaires
Karine Gros
Eléments d’introduction à l’influence du politique dans les genres littéraires au XIX siècle
Alexandre Duclos
Lecture critique de La pensée captive
Laura Fournier-Finocchiaro
Littérature et formation politique des patriotes italiens au XIXe siècle
Pierre Karinthy
La politique dans l’art de Frigyes Karinthy
Emilia Ndiaye
Théâtre et politique Entretien avec Arthur Nauzyciel autour de sa mise en scène de Julius Caesar de Shakespeare
Magdalena Indries
Un empereur lettré. Les Mémoires d’Hadrien de Marguerite Yourcenar
Documents
Alain : La mythologie humaine
Émile Durkheim (1914) : “ Une confrontation entre bergsonisme et sociologisme: le progrès moral et la dynamique sociale”
Max Weber : Essais sur la théorie de la science
Lectures et relectures
Adam Kiss
Jacques Pous, La tentation totalitaire. Essai sur les totalitarismes de la transcendance.
Paris : L’Harmattan, 2009
Pierre Ansart
Pierre Fougeyrollas, de la Philosophie à la Psychologie politique
Alexandre Dorna
Luis de Miranda, L’art d’être libres au temps des automates.
Ed Max Milo. 2010
Daniel Morfouace
Sophie Wahnich, Les émotions, la Révolution française et le présent. Exercices pratiques de conscience historique.
CNRS éditions, Paris, 2009.
Alain Simon
Daniel Anthony, De la république et de la citoyenneté. Le défi démocratique dans la France du XXIe siècle.
Les éditions du Sekoya, 2009
Raphaël Dargent, De Gaulle. Portrait en douze tableaux d’Histoire de France.
Editions Jean-Paul Bayol, 2009
Jean Moreau
Jacques Demorgon, Déjouer l’inhumain. Avec Edgar Morin
Préface de Jacques Cortes
Editions Economica-Anthropos, 45, rue Héricart, 75015 Paris
Alexandre Dorna
André Lévy, Penser l'événement. Pour une psychosociologie critique.
Parangon.
Alexandre Dorna
Miklos Bokor, Paul Wiener, Peut-on en finir avec Hitler ?
Collection Psychologie politique. L’Harmattan 2010
María Paz Martín Martín
E. Crespo, C. Prieto et A. Serrano (coords.), Trabajo, subjetividad y ciudadanía. Paradojas del empleo en una sociedad en transformación.
Madrid, Editorial Complutense. (2009)
Alexandre Duclos
Baruch Spinoza, Tractatus theologico-politicus
Alain Deniau(1)
Georges Zimra, Résister à la servitude.
Berg International Éditeurs. Collection Dissonances, 2009
--
Marco Aurélio Máximo Prado
Núcleo Psicologia Política - NPP
www.fafich.ufmg.br/npp
Núcleo Direitos Humanos e Cidadania LGBT - NUH
www.fafich.ufmg.br/nuh
Universidade Federal de Minas Gerais
terça-feira, 24 de agosto de 2010
segunda-feira, 23 de agosto de 2010
Feminismos e experiências TRANS
Feminismos e experiências TRANS
Los puentes entre el feminismo – como movimiento y como teoría – y las reivindicaciones de los hoy denominados ‘movimientos LGBT’ son inestables y se tienden en medio de conflictos. En el caso del feminismo y los movimientos y experiencias transgeneristas, transexuales e intersexuales, los conflictos no son callejones sin salida, sino que representan posibilidades productivas para una y otra parte.
En entrevista con el CLAM, la antropóloga, Andrea García Becerra, ella misma transexual, habla de estas relaciones tomando como punto de partida su tesis de maestría sobre mujeres transgeneristas en Bogotá.
¿Cuáles son las relaciones entre las prácticas políticas de los movimientos de gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas y las teorías feministas?
Podríamos señalar convergencias y contribuciones del feminismo a estos movimientos. Las teorías feministas hicieron un aporte fundamental a las luchas políticas de gays, lesbianas, ‘trans’ y bisexuales, con su crítica a la heterosexualidad obligatoria, entendida no sólo como práctica sexual sino, como Monique Wittig propone, como una estructura institucional, cultural y normativa.
Las críticas feministas también han nutrido las prácticas políticas de estos movimientos sexuales al cuestionar la naturalización de las identidades sexuales y de género, de los cuerpos, de las estéticas y de los roles sexuales. Para los movimientos y experiencias asociadas al transgenerismo, la transexualidad y la intersexualidad, la crítica del binarismo sexual ha sido fundamental.
Con el feminismo radical de los años setenta, en consignas como ‘lo personal es político’, vemos cómo el feminismo ha permitido politizar el cuerpo, los deseos, la sexualidad y poner en el debate público asuntos que se consideraban personales, privados y sin relación con las instituciones sociales. Esa politización también ha sido importante para los movimientos LGBT y de manera especial para las personas trans, que reivindicamos la autonomía en la construcción de nuestros cuerpos.
¿Cómo son apropiadas las teorías feministas en los movimientos LGBT?
Creo que en los contextos de la militancia gay los aportes del feminismo no son muy reconocidos. Quizá son las mujeres lesbianas quienes han dialogado de forma más directa con el feminismo, puesto que han desempeñado en él un papel protagónico; sobre todo en el feminismo contemporáneo, aunque también en el de los años setenta y ochenta. Varias mujeres lesbianas y movimientos lésbicos se identifican como feministas.
Por su parte, los espacios trans colombianos están distanciados del feminismo. Pocas veces se identifican en esos escenarios iniciativas de apropiación o de interés por las teorías feministas. En ocasiones el feminismo es visto como una teoría y una práctica política que está suscrita, únicamente, a las experiencias de mujeres ‘biológicas’ y heterosexuales. Las experiencias trans y las reivindicaciones de las mujeres feministas entran incluso en conflicto frecuentemente.
Sin embargo, creo que las teorías feministas tienen mucho que aportar a los procesos de construcción de cuerpo y de identidad trans, así como a las experiencias que se sitúan por fuera de ciertas normas de asignación de sexo y de género. La teoría feminista también es una teoría política sobre la construcción de los cuerpos y, en esa medida, permite abordar las experiencias trans, las intervenciones corporales, los cambios en el sexo y en el género. Esto ha sido señalado por autoras clásicas y contemporáneas.
En tanto las ‘experiencias trans’ están en la búsqueda de una autonomía sobre el cuerpo y sobre la construcción de las identidades, tienen un fuerte sustrato o ‘intuición’ feminista.
No obstante, existen prácticas trans que chocan con postulados feministas. Nuestras búsquedas como mujeres trans en ocasiones reproducen modelos de género que el feminismo viene cuestionando desde hace muchos años y que se ven reflejados en cánones estéticos, cánones éticos y cánones corporales. Las personas trans a veces reivindicamos una imagen ‘trasnochada’ o ‘políticamente incorrecta’ de ser mujer, cuando asumimos la imagen de la mujer ‘entaconada’, con grandes tetas y con cuerpos construidos para el deseo masculino.
Sin embargo, pese a que la obsesión por encarnar el canon reproduce la norma, es necesario entender que también es una estrategia de supervivencia en un contexto marcado por el binarismo sexual y de género.
¿Cómo afecta esa tensión a las ‘experiencias trans’ y al feminismo?
Considero importante reconocer el carácter productivo de este choque a nivel político: genera procesos críticos de un lado y de otro. Esto lo digo desde mi propia experiencia como mujer trans feminista, yo me siento atraída por modelos hegemónicos de lo femenino respecto a los roles, las estéticas, los cuerpos, las relaciones sociales y el parentesco; pero para las mujeres transexuales esos modelos no tienen el mismo sentido que tienen para las ‘mujeres’ a secas. Esta cuestión sugiere que tales experiencias de lo femenino no son reproductoras o transgresoras del modelo en sí sino que configuran un espacio de tensión.
Si ciertas prácticas de femineidad son a la vez opresoras para muchas mujeres y liberadoras para nosotras, esto se debe a que se inscriben en proyectos políticos de autonomía sobre el cuerpo diferentes. En todo caso creo que es simplista concebir de manera anticipada las experiencias trans como esencialistas y reproductoras del modelo o como transgresoras del mismo, justamente porque se mueven en ambas direcciones. Este es un espacio de tensión donde se recrean esas contradicciones entre la reproducción y la trasgresión, entre la crítica y la actualización de esquemas jerárquicos.
El feminismo me parece un campo tan amplio y tan autocrítico que incluso esta contradicción tiene cabida. Precisamente, mi reflexión y mi experiencia como mujer trans y feminista se centra en esa tensión, que es productiva teórica y políticamente. Esta mirada sobre la experiencia trans se relaciona con voces feministas disidentes con respecto al feminismo canónico, que cuestionaron algunos de sus principios básicos, como la universalidad de la categoría ‘mujer’. Pienso esto a propósito de los postulados de feministas negras, feministas lesbianas, feministas indígenas, feministas mestizas, de la frontera o, más contemporáneamente, de las feministas prostitutas y de las actrices porno. Ellas han hablado desde otros lugares, haciendo preguntas y críticas al feminismo eurocentrado, nortecentrado, blanco y de clase media, que también ha impuesto cánones epistemológicos, éticos y estéticos.
Esto también nos recuerda la relación que estableció en algún momento el feminismo canónico con las mujeres del ‘tercer mundo’, o con las prostitutas, a quienes consideraba víctimas del patriarcado a las que era preciso salvar. Sin embargo, desde esos lugares de ‘dominación’ se llevaron a cabo acciones y se emitieron discursos críticos feministas que hicieron grandes aportes. Por esto, creo que en el feminismo hay lugar para pensar la experiencia trans con esa tensión entre reproducción y transgresión del modelo.
¿Cómo se articulan agendas políticas entre movimientos y experiencias LGBT y movimientos feministas?
La articulación entre estos movimientos ha sido evidente en el caso de mujeres lesbianas y mujeres feministas quienes se han movilizado en torno a asuntos como la despenalización del aborto. Este ejemplo nos permite preguntarnos si son posibles alianzas con el feminismo que vayan más allá de una ligazón a la condición de mujeres.
En lo que atañe a alianzas entre ‘las feministas’ y sectores LGBT que consideren a los grupos y ‘personas trans’, es necesario recordar que las luchas de las personas transexuales, trasgeneristas e intersexuales no siempre han estado acompañadas por el movimiento hoy llamado LGBT.
El movimiento feminista y su teoría tienen una visión más holística, más amplia del cuerpo y de la sexualidad. De hecho, considero que las feministas se han preocupado por incluir en sus agendas temas de diversidad sexual más de lo que se han preocupado los movimientos LGBT por incluir en las suyas temas de género. En las agendas políticas LGBT están ausentes temas como el aborto, la píldora del día después o la violencia contra las mujeres.
Es notable la insularidad de algunas luchas y la limitación de agendas muy específicas. Creo que en Colombia hace falta más diálogo entre los movimientos LGBT y otros movimientos sociales, no sólo el feminista. Vale la pena pensarse como un conjunto ‘excéntrico’, en el sentido planteado por Teresa de Lauretis, es decir, identificarse con proyectos más amplios, con otros grupos que también han sido marginados. Si los sectores LGBT dialogan poco con los movimientos de mujeres mucho menos lo hacen con poblaciones negras, indígenas o sectores populares.
¿Cómo ve el debate clásico sobre el sujeto político del feminismo respecto a la experiencia trans?
Lo primero que podría decir es que no hay un vínculo automático y directo entre las experiencias de ‘mujeres trans’ y las de mujeres feministas, así como tampoco hay una vinculación automática entre mujeres y feminismo, ni tiene por qué haberlo.
Para empezar, no tenemos la autoridad para decirle a las mujeres feministas que nos acepten en sus espacios políticos simplemente porque somos ‘trans’, por tomar hormonas, por ponernos tetas o por usar tacones. Si bien ese es un vínculo posible, y para algunas deseable, en todo caso necesita mediaciones. Es necesario pensar que esa articulación debe pasar por filtros críticos que nos permitan establecer alianzas como sujetos políticos y como personas. Cabe decir, además, que también es necesario establecer espacios de autonomía para ambos grupos. En algunos espacios las ‘mujeres trans’ queremos conversar entre nosotras, no queremos a gays, ni a sexólogos, ni a feministas, ni a etnólogas... Y eso no es excluyente, como a veces se afirma. Es una necesidad de buscar espacios autónomos.
¿Qué le aportan las experiencias trans al feminismo?
Las experiencias trans son un ejemplo encarnado de muchos de sus postulados, como “una no nace mujer, una llega a serlo”, ‘lo personal es político’ o ‘mi cuerpo me pertenece’. También encarnamos de forma explícita la máxima fundante y vigente del feminismo que Simone de Beauvoir propuso en 1949 en el Segundo Sexo: “Ningún destino biológico, síquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana”.
Además, hacemos contribuciones a debates centrales del feminismo, porque el feminismo se nutre de debates y de críticas que surgen en su interior y en su exterior. Considero que el feminismo es una práctica autocrítica y las ‘experiencias trans’ le aportan algo central: problemas, conflictos y malestares en el género.
Publicada em: 12/08/2010 às 12:00 entrevista
Publicada em: 12/08/2010
Los puentes entre el feminismo – como movimiento y como teoría – y las reivindicaciones de los hoy denominados ‘movimientos LGBT’ son inestables y se tienden en medio de conflictos. En el caso del feminismo y los movimientos y experiencias transgeneristas, transexuales e intersexuales, los conflictos no son callejones sin salida, sino que representan posibilidades productivas para una y otra parte.
En entrevista con el CLAM, la antropóloga, Andrea García Becerra, ella misma transexual, habla de estas relaciones tomando como punto de partida su tesis de maestría sobre mujeres transgeneristas en Bogotá.
¿Cuáles son las relaciones entre las prácticas políticas de los movimientos de gays, lesbianas, bisexuales y transgeneristas y las teorías feministas?
Podríamos señalar convergencias y contribuciones del feminismo a estos movimientos. Las teorías feministas hicieron un aporte fundamental a las luchas políticas de gays, lesbianas, ‘trans’ y bisexuales, con su crítica a la heterosexualidad obligatoria, entendida no sólo como práctica sexual sino, como Monique Wittig propone, como una estructura institucional, cultural y normativa.
Las críticas feministas también han nutrido las prácticas políticas de estos movimientos sexuales al cuestionar la naturalización de las identidades sexuales y de género, de los cuerpos, de las estéticas y de los roles sexuales. Para los movimientos y experiencias asociadas al transgenerismo, la transexualidad y la intersexualidad, la crítica del binarismo sexual ha sido fundamental.
Con el feminismo radical de los años setenta, en consignas como ‘lo personal es político’, vemos cómo el feminismo ha permitido politizar el cuerpo, los deseos, la sexualidad y poner en el debate público asuntos que se consideraban personales, privados y sin relación con las instituciones sociales. Esa politización también ha sido importante para los movimientos LGBT y de manera especial para las personas trans, que reivindicamos la autonomía en la construcción de nuestros cuerpos.
¿Cómo son apropiadas las teorías feministas en los movimientos LGBT?
Creo que en los contextos de la militancia gay los aportes del feminismo no son muy reconocidos. Quizá son las mujeres lesbianas quienes han dialogado de forma más directa con el feminismo, puesto que han desempeñado en él un papel protagónico; sobre todo en el feminismo contemporáneo, aunque también en el de los años setenta y ochenta. Varias mujeres lesbianas y movimientos lésbicos se identifican como feministas.
Por su parte, los espacios trans colombianos están distanciados del feminismo. Pocas veces se identifican en esos escenarios iniciativas de apropiación o de interés por las teorías feministas. En ocasiones el feminismo es visto como una teoría y una práctica política que está suscrita, únicamente, a las experiencias de mujeres ‘biológicas’ y heterosexuales. Las experiencias trans y las reivindicaciones de las mujeres feministas entran incluso en conflicto frecuentemente.
Sin embargo, creo que las teorías feministas tienen mucho que aportar a los procesos de construcción de cuerpo y de identidad trans, así como a las experiencias que se sitúan por fuera de ciertas normas de asignación de sexo y de género. La teoría feminista también es una teoría política sobre la construcción de los cuerpos y, en esa medida, permite abordar las experiencias trans, las intervenciones corporales, los cambios en el sexo y en el género. Esto ha sido señalado por autoras clásicas y contemporáneas.
En tanto las ‘experiencias trans’ están en la búsqueda de una autonomía sobre el cuerpo y sobre la construcción de las identidades, tienen un fuerte sustrato o ‘intuición’ feminista.
No obstante, existen prácticas trans que chocan con postulados feministas. Nuestras búsquedas como mujeres trans en ocasiones reproducen modelos de género que el feminismo viene cuestionando desde hace muchos años y que se ven reflejados en cánones estéticos, cánones éticos y cánones corporales. Las personas trans a veces reivindicamos una imagen ‘trasnochada’ o ‘políticamente incorrecta’ de ser mujer, cuando asumimos la imagen de la mujer ‘entaconada’, con grandes tetas y con cuerpos construidos para el deseo masculino.
Sin embargo, pese a que la obsesión por encarnar el canon reproduce la norma, es necesario entender que también es una estrategia de supervivencia en un contexto marcado por el binarismo sexual y de género.
¿Cómo afecta esa tensión a las ‘experiencias trans’ y al feminismo?
Considero importante reconocer el carácter productivo de este choque a nivel político: genera procesos críticos de un lado y de otro. Esto lo digo desde mi propia experiencia como mujer trans feminista, yo me siento atraída por modelos hegemónicos de lo femenino respecto a los roles, las estéticas, los cuerpos, las relaciones sociales y el parentesco; pero para las mujeres transexuales esos modelos no tienen el mismo sentido que tienen para las ‘mujeres’ a secas. Esta cuestión sugiere que tales experiencias de lo femenino no son reproductoras o transgresoras del modelo en sí sino que configuran un espacio de tensión.
Si ciertas prácticas de femineidad son a la vez opresoras para muchas mujeres y liberadoras para nosotras, esto se debe a que se inscriben en proyectos políticos de autonomía sobre el cuerpo diferentes. En todo caso creo que es simplista concebir de manera anticipada las experiencias trans como esencialistas y reproductoras del modelo o como transgresoras del mismo, justamente porque se mueven en ambas direcciones. Este es un espacio de tensión donde se recrean esas contradicciones entre la reproducción y la trasgresión, entre la crítica y la actualización de esquemas jerárquicos.
El feminismo me parece un campo tan amplio y tan autocrítico que incluso esta contradicción tiene cabida. Precisamente, mi reflexión y mi experiencia como mujer trans y feminista se centra en esa tensión, que es productiva teórica y políticamente. Esta mirada sobre la experiencia trans se relaciona con voces feministas disidentes con respecto al feminismo canónico, que cuestionaron algunos de sus principios básicos, como la universalidad de la categoría ‘mujer’. Pienso esto a propósito de los postulados de feministas negras, feministas lesbianas, feministas indígenas, feministas mestizas, de la frontera o, más contemporáneamente, de las feministas prostitutas y de las actrices porno. Ellas han hablado desde otros lugares, haciendo preguntas y críticas al feminismo eurocentrado, nortecentrado, blanco y de clase media, que también ha impuesto cánones epistemológicos, éticos y estéticos.
Esto también nos recuerda la relación que estableció en algún momento el feminismo canónico con las mujeres del ‘tercer mundo’, o con las prostitutas, a quienes consideraba víctimas del patriarcado a las que era preciso salvar. Sin embargo, desde esos lugares de ‘dominación’ se llevaron a cabo acciones y se emitieron discursos críticos feministas que hicieron grandes aportes. Por esto, creo que en el feminismo hay lugar para pensar la experiencia trans con esa tensión entre reproducción y transgresión del modelo.
¿Cómo se articulan agendas políticas entre movimientos y experiencias LGBT y movimientos feministas?
La articulación entre estos movimientos ha sido evidente en el caso de mujeres lesbianas y mujeres feministas quienes se han movilizado en torno a asuntos como la despenalización del aborto. Este ejemplo nos permite preguntarnos si son posibles alianzas con el feminismo que vayan más allá de una ligazón a la condición de mujeres.
En lo que atañe a alianzas entre ‘las feministas’ y sectores LGBT que consideren a los grupos y ‘personas trans’, es necesario recordar que las luchas de las personas transexuales, trasgeneristas e intersexuales no siempre han estado acompañadas por el movimiento hoy llamado LGBT.
El movimiento feminista y su teoría tienen una visión más holística, más amplia del cuerpo y de la sexualidad. De hecho, considero que las feministas se han preocupado por incluir en sus agendas temas de diversidad sexual más de lo que se han preocupado los movimientos LGBT por incluir en las suyas temas de género. En las agendas políticas LGBT están ausentes temas como el aborto, la píldora del día después o la violencia contra las mujeres.
Es notable la insularidad de algunas luchas y la limitación de agendas muy específicas. Creo que en Colombia hace falta más diálogo entre los movimientos LGBT y otros movimientos sociales, no sólo el feminista. Vale la pena pensarse como un conjunto ‘excéntrico’, en el sentido planteado por Teresa de Lauretis, es decir, identificarse con proyectos más amplios, con otros grupos que también han sido marginados. Si los sectores LGBT dialogan poco con los movimientos de mujeres mucho menos lo hacen con poblaciones negras, indígenas o sectores populares.
¿Cómo ve el debate clásico sobre el sujeto político del feminismo respecto a la experiencia trans?
Lo primero que podría decir es que no hay un vínculo automático y directo entre las experiencias de ‘mujeres trans’ y las de mujeres feministas, así como tampoco hay una vinculación automática entre mujeres y feminismo, ni tiene por qué haberlo.
Para empezar, no tenemos la autoridad para decirle a las mujeres feministas que nos acepten en sus espacios políticos simplemente porque somos ‘trans’, por tomar hormonas, por ponernos tetas o por usar tacones. Si bien ese es un vínculo posible, y para algunas deseable, en todo caso necesita mediaciones. Es necesario pensar que esa articulación debe pasar por filtros críticos que nos permitan establecer alianzas como sujetos políticos y como personas. Cabe decir, además, que también es necesario establecer espacios de autonomía para ambos grupos. En algunos espacios las ‘mujeres trans’ queremos conversar entre nosotras, no queremos a gays, ni a sexólogos, ni a feministas, ni a etnólogas... Y eso no es excluyente, como a veces se afirma. Es una necesidad de buscar espacios autónomos.
¿Qué le aportan las experiencias trans al feminismo?
Las experiencias trans son un ejemplo encarnado de muchos de sus postulados, como “una no nace mujer, una llega a serlo”, ‘lo personal es político’ o ‘mi cuerpo me pertenece’. También encarnamos de forma explícita la máxima fundante y vigente del feminismo que Simone de Beauvoir propuso en 1949 en el Segundo Sexo: “Ningún destino biológico, síquico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana”.
Además, hacemos contribuciones a debates centrales del feminismo, porque el feminismo se nutre de debates y de críticas que surgen en su interior y en su exterior. Considero que el feminismo es una práctica autocrítica y las ‘experiencias trans’ le aportan algo central: problemas, conflictos y malestares en el género.
Publicada em: 12/08/2010 às 12:00 entrevista
Publicada em: 12/08/2010
Ser Travesti no Brasil e viver um roleta russa!!!
19/08/10, 08:25
Corpo de travesti assassinado a facadas é achado no bairro Tabuleta
Vítima foi encontrada na região embaixo da Ponte Nova com perfurações de arma branca na manhã desta quinta.
O corpo de uma travesti foi encontrado por populares na manhã desta quinta (19) na região sob a ponte da Tabuleta. Há marcas de perfurações por arma branca.
Corpo de travesti assassinado a facadas é achado no bairro Tabuleta
Vítima foi encontrada na região embaixo da Ponte Nova com perfurações de arma branca na manhã desta quinta.
O corpo de uma travesti foi encontrado por populares na manhã desta quinta (19) na região sob a ponte da Tabuleta. Há marcas de perfurações por arma branca.
Carta aberta sobre Políticas Afirmativas na UFRJ
Carta aberta sobre Políticas Afirmativas na UFRJ
Ao contrário do que pretendem afirmar alguns setores da imprensa, o debate em torno de políticas afirmativas e de sua implementação no ensino universitário brasileiro não pertence à UFRJ, à USP ou a qualquer setor, "racialista" ou não, da sociedade. Soma-se quase uma década de reflexões, envolvendo intelectuais, dirigentes de instituições de ensino, movimentos sociais e movimento estudantil, parlamentares e juristas.
Atualmente, cerca de 130 universidades públicas brasileiras já adotaram políticas afirmativas - entre as quais, a das cotas raciais - como critério de acesso à formação universitária. Entre estas instituições figuram a UFMG, a UFRGS, a Unicamp, a UnB e a USP, que estão entre as mais importantes universidades brasileiras.
Em editorial da última terça-feira, 17 de agosto, intitulado "UFRJ rejeita insensatas cotas raciais", o jornal O Globo assume, de forma facciosa, uma posição contrária a essas políticas afirmativas. O texto desmerece as ações encaminhadas por mais de cem universidades públicas e tenta sugestionar o debate em curso na UFRJ. Distorcendo os fatos, o editorial fala em "inconstitucionalidade" da aplicação do sistema de cotas, quando, na verdade, o que está em pauta no Supremo Tribunal Federal não é a constitucionalidade das cotas, mas os critérios utilizados na UnB para a aplicação de suas políticas afirmativas.
Na última década, enquanto a discussão crescia em todo o país, a UFRJ deu poucos passos, ou quase nenhum, para fazer avançar o debate sobre as políticas públicas. O acesso dos estudantes à UFRJ continua limitado ao vestibular, com uma mera pré-seleção por meio do ENEM, o que significa um processo ainda excludente de seleção para a entrada na universidade pública. Apesar disso, do mês de março para cá, o debate sobre as cotas foi relançado na UFRJ e, hoje, várias decisões podem ser tomadas com melhor conhecimento do problema e das posições dos diferentes setores da sociedade em relação ao assunto.
Se pretendemos avançar rumo a uma democracia real, capaz de assegurar espaços de oportunidades iguais para todos, o acesso à universidade pública deve ser repensado. Isto significa que é preciso levar em conta os diferentes perfis dos estudantes brasileiros, em vez de seguir camuflando a realidade com discursos sobre "mérito" (como se a própria noção não fosse problemática e como se fosse possível comparar méritos de pessoas de condição social e trajetórias totalmente díspares) ou sobre "miscigenação" (como se não houvesse uma história de exclusão dos "menos mestiços" bem atrás de todos nós).
Cotas sociais - e, fundamentalmente, aquelas que reconhecem a dívida histórica do Brasil em relação aos negros - abrem caminhos para que pobres dêem prosseguimento aos seus estudos, prejudicado por um ensino básico predominantemente deficiente. Só assim os dirigentes e professores das universidades brasileiras poderão continuar fazendo seu trabalho de cabeça erguida. Só assim a comunidade universitária poderá avançar, junto com o país e na contra-mão da imprensa retrógrada, representada por O Globo, em direção a um reconhecimento necessário dos crimes da escravidão, crimes que, justamente, por ainda não terem sido reconhecidos como crimes que são, se perpetuam no apartheid social em que vivemos.
Rio de Janeiro, 19 de agosto de 2010
Assinam os professores da UFRJ:
Alexandre Brasil - NUTES
Amaury Fernandes – Escola de Comunicação
André Martins Vilar de Carvalho - Filosofia/IFCS e Faculdade de Medicina
Anita Leandro – Escola de Comunicação
Antonio Carlos de Souza Lima – Museu Nacional
Beatriz Heredia - IFCS
Clovis Montenegro de Lima - FACC/UFRJ-IBICT
Eduardo Viveiros de Castro – Museu Nacional
Denilson Lopes – Escola de Comunicação
Elina Pessanha - IFCS
Fernando Alvares Salis – Escola de Comunicação
Fernando Rabossi - IFCS
Fernando Santoro - IFCS
Flávio Gomes - IFCS
Giuseppe Mario Cocco - Professor Titular, Escola de Serviço Social
Heloisa Buarque de Hollanda – Professora Titular, Escola de Comunicação/FCC
Henrique Antoun - Escola de Comunicação
Ivana Bentes – Diretora, Escola de Comunicação
Katia Augusta Maciel - Escola de Comunicação
Leilah Landim – Professora – Escola de Serviço Social
Leonarda Musumeci – Instituto de Economia
Lilia Irmeli Arany Prado – Observatório de Valongo
Liv Sovik – Escola de Comunicação
Liz-Rejane Issberner - FACC/UFRJ-IBICT
Marcelo Paixão – Instituto de Economia
Marcio Goldman – Museu Nacional
Marildo Menegat – Escola de Serviço Social
Marlise Vinagre - Escola de Serviço Social
Nelson Maculan - Professor titular da COPPE e ex-reitor da UFRJ
Olívia Cunha – Museu Nacional
Otávio Velho – Professor Emérito, Museu Nacional
Paula Cerqueira – Professora Instituto de Psiquiatria
Paulo G. Domenech Oneto – Escola de Comunicação
Renzo Taddei – Escola de Comunicação
Roberto Cabral de Melo Machado - IFCS
Samuel Araujo – Escola de Música
Sarita Albagli – Professora PPG-FACC-UFRJ/IBICT
Silvia Lorenz Martins - Observatorio do Valongo
Suzy dos Santos – Escola de Comunicação
Tatiana Roque – Instituto de Matemática
Virgínia Kastrup – Instituto de Psicologia
Silviano Santiago, Professor emérito, UFF
Ao contrário do que pretendem afirmar alguns setores da imprensa, o debate em torno de políticas afirmativas e de sua implementação no ensino universitário brasileiro não pertence à UFRJ, à USP ou a qualquer setor, "racialista" ou não, da sociedade. Soma-se quase uma década de reflexões, envolvendo intelectuais, dirigentes de instituições de ensino, movimentos sociais e movimento estudantil, parlamentares e juristas.
Atualmente, cerca de 130 universidades públicas brasileiras já adotaram políticas afirmativas - entre as quais, a das cotas raciais - como critério de acesso à formação universitária. Entre estas instituições figuram a UFMG, a UFRGS, a Unicamp, a UnB e a USP, que estão entre as mais importantes universidades brasileiras.
Em editorial da última terça-feira, 17 de agosto, intitulado "UFRJ rejeita insensatas cotas raciais", o jornal O Globo assume, de forma facciosa, uma posição contrária a essas políticas afirmativas. O texto desmerece as ações encaminhadas por mais de cem universidades públicas e tenta sugestionar o debate em curso na UFRJ. Distorcendo os fatos, o editorial fala em "inconstitucionalidade" da aplicação do sistema de cotas, quando, na verdade, o que está em pauta no Supremo Tribunal Federal não é a constitucionalidade das cotas, mas os critérios utilizados na UnB para a aplicação de suas políticas afirmativas.
Na última década, enquanto a discussão crescia em todo o país, a UFRJ deu poucos passos, ou quase nenhum, para fazer avançar o debate sobre as políticas públicas. O acesso dos estudantes à UFRJ continua limitado ao vestibular, com uma mera pré-seleção por meio do ENEM, o que significa um processo ainda excludente de seleção para a entrada na universidade pública. Apesar disso, do mês de março para cá, o debate sobre as cotas foi relançado na UFRJ e, hoje, várias decisões podem ser tomadas com melhor conhecimento do problema e das posições dos diferentes setores da sociedade em relação ao assunto.
Se pretendemos avançar rumo a uma democracia real, capaz de assegurar espaços de oportunidades iguais para todos, o acesso à universidade pública deve ser repensado. Isto significa que é preciso levar em conta os diferentes perfis dos estudantes brasileiros, em vez de seguir camuflando a realidade com discursos sobre "mérito" (como se a própria noção não fosse problemática e como se fosse possível comparar méritos de pessoas de condição social e trajetórias totalmente díspares) ou sobre "miscigenação" (como se não houvesse uma história de exclusão dos "menos mestiços" bem atrás de todos nós).
Cotas sociais - e, fundamentalmente, aquelas que reconhecem a dívida histórica do Brasil em relação aos negros - abrem caminhos para que pobres dêem prosseguimento aos seus estudos, prejudicado por um ensino básico predominantemente deficiente. Só assim os dirigentes e professores das universidades brasileiras poderão continuar fazendo seu trabalho de cabeça erguida. Só assim a comunidade universitária poderá avançar, junto com o país e na contra-mão da imprensa retrógrada, representada por O Globo, em direção a um reconhecimento necessário dos crimes da escravidão, crimes que, justamente, por ainda não terem sido reconhecidos como crimes que são, se perpetuam no apartheid social em que vivemos.
Rio de Janeiro, 19 de agosto de 2010
Assinam os professores da UFRJ:
Alexandre Brasil - NUTES
Amaury Fernandes – Escola de Comunicação
André Martins Vilar de Carvalho - Filosofia/IFCS e Faculdade de Medicina
Anita Leandro – Escola de Comunicação
Antonio Carlos de Souza Lima – Museu Nacional
Beatriz Heredia - IFCS
Clovis Montenegro de Lima - FACC/UFRJ-IBICT
Eduardo Viveiros de Castro – Museu Nacional
Denilson Lopes – Escola de Comunicação
Elina Pessanha - IFCS
Fernando Alvares Salis – Escola de Comunicação
Fernando Rabossi - IFCS
Fernando Santoro - IFCS
Flávio Gomes - IFCS
Giuseppe Mario Cocco - Professor Titular, Escola de Serviço Social
Heloisa Buarque de Hollanda – Professora Titular, Escola de Comunicação/FCC
Henrique Antoun - Escola de Comunicação
Ivana Bentes – Diretora, Escola de Comunicação
Katia Augusta Maciel - Escola de Comunicação
Leilah Landim – Professora – Escola de Serviço Social
Leonarda Musumeci – Instituto de Economia
Lilia Irmeli Arany Prado – Observatório de Valongo
Liv Sovik – Escola de Comunicação
Liz-Rejane Issberner - FACC/UFRJ-IBICT
Marcelo Paixão – Instituto de Economia
Marcio Goldman – Museu Nacional
Marildo Menegat – Escola de Serviço Social
Marlise Vinagre - Escola de Serviço Social
Nelson Maculan - Professor titular da COPPE e ex-reitor da UFRJ
Olívia Cunha – Museu Nacional
Otávio Velho – Professor Emérito, Museu Nacional
Paula Cerqueira – Professora Instituto de Psiquiatria
Paulo G. Domenech Oneto – Escola de Comunicação
Renzo Taddei – Escola de Comunicação
Roberto Cabral de Melo Machado - IFCS
Samuel Araujo – Escola de Música
Sarita Albagli – Professora PPG-FACC-UFRJ/IBICT
Silvia Lorenz Martins - Observatorio do Valongo
Suzy dos Santos – Escola de Comunicação
Tatiana Roque – Instituto de Matemática
Virgínia Kastrup – Instituto de Psicologia
Silviano Santiago, Professor emérito, UFF
sábado, 21 de agosto de 2010
segunda-feira, 16 de agosto de 2010
segunda-feira, 9 de agosto de 2010
Assinar:
Postagens (Atom)